viernes, 3 de enero de 2014
TEMOR A QUE EL SILENCIO NO HABLE
Llovía, llovía,
y el agua corría borrando
las pisadas de lo acontecido
en dicha o desdicha.
Pero tu nombre, es una
huella,
que no se borra.
Y como la caída de un rayo
en su fulgor,
tu mandorla
ha quedado en mi
persona.
El silencio habla en
los jameos íntimos
de la tierra, con sus
brisas a modo de trenzas
con la danza de la hoja.
El silencio habla en el
arrecife de coral con el latido
de un caballito de mar.
Si el silencio calla,
tendré que acariciar la caballera
de la muerte y peinar, su
oscuridad.
Poeta : Francisco Pinilla Sánchez
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