lunes, 7 de octubre de 2013

DESENGAÑO






Amada mía,
tanto te amé
que mi verbo en sus
entrañas se abrazaba
al mirarte.
Nuestros cuerpos,
se escribieron con
nuestras lenguas
trémulas, haciendo
al cielo parvo.
                                    Tu pasarela labial
me hizo arder
                                     la posesión de mi
paladar, y el mundo
onírico mío, despertó.
Eres paloma que no
encuentras el palomar.
Te posas en corazón descuidado,
-hundiéndole tu uña-.
Desecho dejas el nido.
Partusa es tu día
y noche en tu cubil,
y yo, jodido estoy
al recordarte.
Tu aliento es,
una cuchilla depredadora
de amores confiados,
el mío laminaste , y la luna,
lloró sangre.
Desengaño, porque la piedra
gritó al infinito,
y desengaño, porque
                                    -la poesía heriste en su alba-.

                                      Poeta : Francisco Pinilla Sánchez