primeros cantos y vuelos
de la mañana, el cual ,
corteja al señor del
Levante.
El sol todo ponderoso
acaricia con sus rayos
de luz, las caras
de aquellos enamorados
de España

con la brisa mediterránea.
Enfrente ; mi Mare Nostrum
a mi espalda la amada
sierra vestida de pino verde,
para que el mar azul disipe
su bruma y la acaricie con
sus nubes.
Una torre musulmana
desde la cumbre de la
montaña, anhela su
pasado glorioso.
Y al ver acercarse los
niños a sus píes, ésta ,
les narra un cuento
de genios y alfombras
mágicas.
Las huertas con sus
coloridos de frutos,
recuerdan a las moles
de ladrillos, que ella
es la princesa y ellos,
un colonizador nocivo.
Los mil y un almendro
con su flor , embriagan
a la abeja, y el naranjo
con su aroma a azahar
visten caminos para yo
seguir la senda de una
verdad que se llama
- belleza mediterránea -.
Poeta Francisco Pinilla Sánchez