Donde gorrión comenta,
y paloma bromea con el aíre.
El nido de mi imaginación
aleta.
Ojos de águila otean abajo
equinoccios de voracidad
humana ingente con su corte
de progreso ruidoso.
Reposo en mi amada hamaca,
el sol me lisonjea
para recitarle aquella
poesía que le da energía.
Almuerzo entre brezos,
rosas y geranios de copla
española, con mi compañero
abanico goyesco.
No hay tiempo con acucia,
y si momento de acuchillar
el pensamiento acuartelado.
Después me desfrunció.
Descolgado el día,
la noche lo hilacha
con cubierta de estrellas,
el mirón telescopio las arenga.
Mi luna jugosa está,
por ser Señora, y mis sienes,
se alivian con su resplandor.
Velada exenta de martingala,
y si, de un diálogo afrutado
de amor.
Ático, ático, baraka eres de
tenerte.
Poeta: Francisco Pinilla Sánchez