¡Son tus ojos, tus ojos son!
Que de delirio a verme
permitido hoy penetrar
en la planicie de tus ojos.
¡Oh cutis! ¡Oh que facciones
arqueadas con mirada felina!
¡Oh son tus labios y manos
estigma de huríes!
Me distes noventa minutos,
y el café humeante que tomabas
me confió un secreto de dos.
Ahora guardo dentro de mí,
algo de ti, y te doy una rosa roja;
como tu sonrojo de amor.
Poeta Francisco Pinilla Sánchez

Retrato de mujer julio Romero de Torres
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