y no puede
llevarse la luz
de tu persona.
Luciérnaga de

que sólo tú
conoces amor.
Déjame ser
tu luna,
déjame ser
tu noche y
día, para así
morir y renacer
en los días de
nuestra historia,
la cual guardará
el universo como
un secreto en su
basto imperio.
Poeta Francisco Pinilla Sánchez
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