mujer africana,
la serena belleza
que me abraza.
Me entrego a tus pechos
como el colibrí
a la flor, bebiendo
de tu néctar.
¡ Oh ! Tus salvajes garras

para florecer en ella,
el jadeo de nuestras fieras.
Hundo mi marfil en tu
trémula noche intima.
¡Oh! Ríos de agua son
nuestras bocas
y las lenguas, barcas que se baten
en la orgía de nuestros
sentidos.
¡Oh! Llanura de tu vientre
que carameliza
la lava al bajar de tus ubres.
Y yo, soy la nube que reposa
en ti, para apagar tu sed.
¡Oh... mujer de ébano!
Camelia salvaje y fiera
que me devoras para renacer
en tu continente de belleza.
Poeta : Francisco Pinilla Sánchez
( reservados todos los derechos intelectuales )
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