Piedra dura es mi corazón, y en él,
pongo mi glíptica. Ahora cuidas de
este grabado, porque te sientes lábil
y cuidada en tu luz interior.
Siega de sentimientos me haces,
para cosechar en tu silo de recuerdos
aquello que has de necesitar, en los momentos
de mi ausencia.
Vienes y me muestras entre tus manos,
el yacido pasado. Ya no temes sentir/ ahora
sonríes. Ya no pides/ ahora te sobran
presentes.
Ya no te censuran/ ahora soy tu vida en
libertad.
Te peinas en el reflejo del agua, te ríes,
y a mí, me contagias con tu risa.
Manojos de felicidad es nuestro tiempo.
Y desde ayer a hoy, abrazo el destino de hoy.
Poeta : Francisco Pinilla Sánchez
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